DE LA MOVIOLA AL HD

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Una de las instancias de mayor incidencia en un proyecto audiovisual, en su etapa de post-producción, es, sin duda alguna, la compaginación de sus elementos de imagen y sonido. Esta tarea, el montaje, a pesar de basarse netamente en la manipulación técnica de las piezas que lo componen, está absolutamente al servicio de una comunicación. De la expresión del hombre hacia el hombre. De un sentimiento compartido con el creador de la obra.
A partir de la selección, del criterio con el cual se elijan los fragmentos del material rodado (criterio que se sostenga con una convicción fundada, personal y propia pero a la vez racional y consensuada), de su ordenamiento y asociación, surge una significación determinada, la participación de una idea. La obra de su creador.

La Edición, o sea la aplicación práctica de los conceptos de montaje, ha utilizado y desarrollado, desde su nacimiento, tecnologías adecuadas a sus necesidades: Desde la creación de aparatos para la manipulación de las imágenes y el sonido (genéricamente llamados Moviolas), tanto para su corte y pegado (distintos tipos de empalmadoras de calor o adhesivos), hasta la adaptación de sistemas de registro electrónico (el video tape y la creación de su posibilidad de editar ), obteniendo así una mayor versatilidad y rapidez en la concreción del discurso audivisual.
De todos modos, las limitaciones inherentes a sistemas fotográficos que copian varias veces de negativos a positivos y viceversa o los electrónicos que proponen una nueva generación por cada agregado de efectos, no han satisfecho la necesidad de expresión que una mente creadora tiene.
Un material digitalizado (convertido en su código técnico de representación) y la utilización del equipamiento apropiado, permite un manejo mucho más complejo a la vez que fiel a la calidad original.
La era digital llegó para quedarse.
(to be continued)

ALGUN DIA...